martes, 20 de octubre de 2015

LAS ROSAS DE SOMERSET / LEILA MEACHAN


Sinopsis:

Mary Toliver, propietaria de plantaciones de algodón, desearía no haber heredado nunca la gran casa familiar, Somerset. Sabe que vendió su alma por las tierras de su familia y ahora quiere evitarle el mismo destino a su sobrina nieta. Percy Warwick, miembro de una próspera familia dedicada al negocio de la madera, y Mary estaban profundamente enamorados y deberían haberse casado… pero decidieron no hacerlo. A partir de ahí, sus vidas y las de sus descendientes debieron enfrentarse al engaño, los secretos y las tragedias que nacieron de esta decisión. Con una diestra e imperturbable voz narrativa, Las rosas de Somerset nos ofrece un lienzo que retrata a tres generaciones atrapadas entre la pasión por su trabajo y el amor.

La opinión de la Mari Mari:

Hace un ratito que he acabado “Las rosas de Somerset” y ahora como siempre me pregunto, ¿Por qué no lo he leído antes? Y mi respuesta es: Porque  es bueno, me suele pasar, por eso no me sorprende, dejo un libro aparcado y lo miro y lo miro y voy leyendo otros sabiendo que si lo leo me va a encantar, y ahí lo tengo tiempo hasta que un día le digo “ te llego la hora, es tu turno” y caigo rendida de rodillas ante ese maravilloso libro, porque es ese libro por tanto tiempo ignorado el que me roba la tranquilidad, las horas de sueño, y como no…el corazón.
Un libro con una saga familiar increíblemente maravillosa,  completa, dura y vibrante de principio a fin, una historia que te engancha desde la pagina  uno y que no declina en ningún momento.
Empieza con el cambio de voluntades de una mujer mayor en su testamento, un cambio que ella lo ve imprescindible para asegurar la felicidad de la que iba camino de ser su heredera.
Aquí da un vuelco al pasado para introducirnos en la vida de Mary (la mujer mayor),  que  empieza con una muerte importante y… una herencia.
La  dejada de un padre hacia su hija, favoreciéndola frente a los demás miembros de la casa, entrando así un tumor maligno en esa casa y la relación de  amor y respeto  que hasta ese momento imperaba en esa familia. El tumor se debe cortar de raíz, la protagonista, que desde ese momento no lleva una vida fácil, teniendo que lidiar con múltiples desgracias familiares mas, no se da cuenta a tiempo y deja que el tumor entre también en su vida personal como mujer, anteponiendo dicha herencia sobre todo. Y en este punto le va muy bien ese refrán que dice “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, los trenes se cruzan y cambia lo que tenía que haber sido por lo que nunca debió ocurrir.
A partir de ahí, una vida llena de sacrificios, esperanzas, amistad y trabajo duro con jornadas interminables para paliar la soledad, secretos que terminan sabiéndose, sacrificios,  renuncia a tu propia sangre por amistad, lealtad y agradecimiento, un amor que no se debe ni se puede nombrar, y la esperanza que la vida vuelva a repetir su historia de la mano de dos futuros descendientes, pero con un “The End” totalmente diferente.

Me ha encantado la historia de amor principal, un hombre que ama sobre toda las cosas, cargada de momentos emotivos e intensos, peleas y reconciliaciones, bellos momentos cargados de gran ternura en donde se te pone un gran nudo en el estomago al palpar el intenso amor que se tienen, me han podido en muchos casos los nervios, y aunque sabía desde el principio lo que “no” pasa entre ellos, no por eso dejaba de querer saber más y esperar que cambiara el rumbo en algún momento. Me he enfadado con ella, con él, con el amigo y con la futura heredera, menos mal que el segundo protagonista no ha tenido ningún asalto de estúpido orgullo. Hablaría de muchísimas más cosas que pasan, pero no quiero desvelar nada para que quien se lo quiera leer se quede como yo me quedaba, para que haga sus conjeturas como yo las hacía, para que pueda chillar como yo ¡¡Lo sabia!! Y para que puedan emocionarse con las cosas que les van pasando en la vida en la que si Mary hubiese sido lista, nunca se hubieran metido. Nunca lo hago pero esta vez la voy a puntuar, le doy un rotundo y redondo 10.

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