domingo, 1 de septiembre de 2019

EL LECTOR DE CADÁVERES / ANTONIO GARRIDO



Sinopsis:

En la antigua China, sólo los jueces más sagaces alcanzaban el codiciado título de «lectores de cadáveres» una élite de forenses que, aun a riesgo de su propia vida, tenían el mandato de que ningún crimen, por irresoluble que pareciera, quedara impune. Cí Song fue el primero de ellos. Inspirada en un personaje real, El lector de cadáveres narra la extraordinaria historia de un joven de origen humilde cuya pasión y determinación le condujeron desde su cargo como enterrador en los Campos de la Muerte de Lin’an a aventajado discípulo en la prestigiosa Academia Ming. Allí, envidiado por sus pioneros métodos y perseguido por la justicia, despertará la curiosidad del mismísimo emperador, quien le convocará para rastrear los atroces crímenes que, uno tras otro, amenazan con aniquilar a la corte imperial



La opinión de Mari Mari.

Hola, aquí estoy para comentar un libro que acabo de terminar hace escasas horas, un libro que pese a lo adictivo que es, he tenido la sangre fría de racionar su lectura porque la estaba disfrutando tanto que necesitaba extender al máximo su embrujo sobre mí.

Así es que ha habido días que ni lo he tocado, y me dedicaba a dilucidar lo que pasaría a continuación del punto donde lo había dejado, o simplemente a repasar lo leído.

El caso es que ni dormida me he quitado el libro de la cabeza, pues Ci, el protagonista, me ha acompañado incluso en sueños.

Al principio se me hizo algo lento, ya que te va informando de la vida que habían estado llevando, en la ciudad con su familia, los estudios que desempeñaba,  a quien ayudaba y lo mucho que le había enseñado dicho protector, un juez de mucho prestigio.

Después acontece un hecho que cambia la vida del chico radicalmente, pero no el hecho de lo que ambiciona para su vida, que la fortalece más si cabe, la profesión a la que se aferra para cambiar un destino que parece haberle dado la espalda.

En el viaje que emprende de vuelta hacia la capital, el ritmo ya cambia, es más ágil, ya no entran en escena padres impenetrables que no sabes el porqué de las decisiones que adoptan (ya te enteraras, pero falta mucho) ni hermano alguno con mucha fuerza bruta, pero sin un gramo de cerebro, ni novia que te aprecia tres pimientos.

En ese momento, Ci,  se hace con el control del protagonismo de toda la historia, y encontramos a un personaje impresionante, de los de quitarse el sombrero; comprometido, valiente, decidido, sagaz, inteligente, terco, perspicaz, astuto, trabajador, estudiante modelo…y algo pardillo en algunas ocasiones que se la pegan como a un chino, nunca mejor dicho.



Me llamó la atención en ese viaje como cura a un compañero de tripulación que se había abierto una brecha en la pierna, algo que me dejo con la boca abierta.

Aun no la he cerrado, por cierto.

En el transcurso de la historia suceden todo tipo de personajes en mayor o menor medida importantes para los sucesos, de toda clase y condición, gente buena, mala, indeseables hombrecillos, resentidos manipuladores, ambiciosos sin escrúpulos capaces de traicionar hasta a su propia madre con tal de conseguir lo que pretenden…en esta última descripción entran unos cuantos, en fin, que será de todo, menos aburrida la lectura.

Y la trama…madre mía, esto es una trama elaborada con minuciosidad quirúrgica, laberíntica y apasionante, con el protagonista ejerciendo el trabajo que mejor sabe hacer, lector de cadáveres, lo que hoy en día viene a ser, un forense.

Pero ¡¡de qué manera!! Cabe recordar, que la historia a la que nos referimos, se sitúa en el año 1.206, en la China imperial de la dinastía Tsong; que el zagal al cual estamos siguiendo los pasos no era más que eso, un chaval de apenas veinte años, ya que nació en el 1.186, pero que era listo como él solo, y como su maestro aboga en cierto momento “sus ojos son capaces de ver lo que para el resto son solo tinieblas” sus métodos e instrumentos novedosos, su capacidad de observación y deducción, de vislumbrar hechos, de exponerlos, su arrojo a la hora de  trazar posibles móviles, su clarividencia al uso del dibujo (entonces no habían máquinas de fotografía) para tener pruebas siempre disponibles de conforme se hallaba el cuerpo, como la sangre salpicada en el suelo o una pared…ya que ello te hace llegar a conclusiones y descartar hipótesis….La verdad es que fue un verdadero transgresor para su época, y el padre de lo que hoy en día es la criminología y medicina forense.



















¿Qué puedo decir del autor?

La pluma de Antonio Garrido la conocí por medio de su último libro publicado “El último paraíso” un libro que ya me impactó, hoy debo de reconocer que no como este, pero en su día quedé sorprendida, muy gratamente, y prometí volver a leer otro de sus libros. Si es verdad, que he tardado un poquito, lo siento, de haber sabido que este libro estaba esperando para sorprenderme mucho más de lo que ya quedé con el otro, sin duda, hace tiempo que lo hubiese leído.

Emplea en todo momento un vocabulario cuidado y cultivado, un ritmo ágil y ameno, las descripciones son detalladas y absorbentes, cuidadas y cinematográficas, en ningún momento me han parecido repugnantes, y eso que se visualizan tal cual, por estar tan bien relatadas.

Tiene un gran número de escenas impactantes, de las que alteran los nervios y te angustias por saber que pasará a continuación. Es como estar viendo una película de suspense, nunca sabes por donde van a ir los tiros.

La trama de la que ya he hablado un poco anteriormente, es una maraña de casos, crímenes, despropósitos, casualidades sospechosas, personajes y vivencias en las que no sabes como pero todo llega a ser parte de un todo.

Ejecutado con soberbia maestría, con una agudeza matemática para que no quede cabo alguno suelto, con un montón de subtramas, dentro de la trama misma, y de personajes, unos más relevantes que otros, pero todos puestos para llevar a cabo su labor en la historia, es una ardua tarea finalizada con éxito por unos pocos elegidos.

Que decir de la documentación, que el autor no nos comente a continuación de la novela, y es que, de la vida de este personaje  histórico se  sabe bien poco, pero gracias a su “Tratado forense” publicado en 1247 (dos años antes de morir en 1249)  traducido en multitud de idiomas, y a que ha perdurado hasta nuestros días, el autor crea la trama alrededor de los casos, supongo más significativos, de los centenares que Ci resolvió en su vida y que quedaron todos totalmente ilustrados.

La ambientación, igualmente soberbia, mientras lees tu imaginación vuela hasta el lugar donde te lleva el libro en cuestión, hay autor que lo logra sin despeinarse, y hay quien no, pues bien, yo he estado en la China imperial, como en el caso de “El último paraíso” estuve en la Rusia comunista de Stalin, así es que puedes sentir el miedo, el olor, el horror, la incertidumbre, la pena, el odio, el hambre, el dolor….No todo es dramático, también queda lugar para el amor, la esperanza, la enseñanza, las revelaciones, el perdón…

Por ir acabando, que esto se ha convertido en un testamento, como cada vez que me entusiasma un libro, decir que no te la puedes perder, es que no te lo puedes ni pensar, lánzate de cabeza, porque lo vas a disfrutar, y encima vas a aprender, porque es una lectura muy didáctica, en la que con cada caso aprendes algo nuevo del arte de la medicina forense.

No es que seas una persona macabra, es que te guste aprender a saber.

¿Quién se iba a pensar que las técnicas forenses no eran tan novedosas como nos hacen creer? Yo aún estoy alucinando.

Como siempre dice mi madre, nunca te acostarás sin saber una cosa más.

Hasta la próxima.