miércoles, 18 de noviembre de 2020

LLÁMAME POR TU NOMBRE / ANDRÉ ACIMAN.



Sinopsis:

Un viaje por los rincones más profundos de los sentimientos y del erotismo.

Llámame por tu nombre ha sido galardonada con el Lambda Literary Award, mejor Libro del Año según The Washington Post y Publishers Weekly y es la novela en la que se basa la película Call me by your name.

En una localidad de la costa de Italia, durante la década de los ochenta, la familia de Elio instauró la tradición de recibir en el verano a estudiantes o creadores jóvenes que, a cambio de alojamiento, ayudaran al cabeza de familia, catedrático, en sus compromisos culturales.

Oliver es el elegido este verano, un joven escritor norteamericano que pronto excita la imaginación de Elio. Durante las siguientes semanas, los impulsos ocultos de obsesión y miedo, fascinación y deseo intensificarán su pasión.



La opinión de Mari Mari:

Que locura…la adolescencia, ese periodo de la vida donde todo se magnifica a la máxima potencia, sobre todo lo que tiene que ver con el corazón porque, los amores son extraordinariamente sublimes, y a todo le das más vueltas que un tonto.

La verdad es que Elio se obsesiona desde el primer minuto. Se ilusiona, se desilusiona, tiene esperanza, la deja de tener, sueña y tiene pesadillas, calla su amor, aunque lo quiera proclamar a los cuatro vientos, pero… ¿Cómo se habla de un amor homosexual en los años 80? Fácil…no se hablaba, no se contaba, no salía a la luz, salvo en casos excepcionales, ese que tiene Elio en casa, que lo sabe, pero le avergüenza sincerarse.

Normalmente estos amores se escondían, y se negaban.

Predominaba la hipocresía, y se casaban por el método tradicional, todo muy hetero, y claro, la cagaban, no se puede tapar con un dedo quien eres, y todo, tarde o temprano sale a la luz. Tardaban años, pero la mayoría salían del armario asfixiados de tanto polvo y tanta polilla.

Todo tan opuesto a lo que, afortunadamente, vemos hoy en día…

Elio, ama a Oliver, y como lo ama (aunque aún no lo sabe) lo presenta a su mundo, a su rinconcito, un lugar donde estar tranquilo y poder disfrutar de lo que le gusta más, leer. Es una gran muestra de amor, acercarle a “su pequeño mundo” para que “su pequeño mundo” lo acepte. Me pareció tan bonito y conmovedor este párrafo. Y es aquí, en este lugar especial donde se besan por primera vez, y ya pasar a ser un lugar especial e icónico para los dos. No hay mejor forma de culminar con el sentimiento que te produce un lugar que coronarlo con la dicha de besar a la persona amada.


Tal vez, ser testigo mudo del inicio de tu primera historia de amor, tal vez la única, o la más lacerante para tu corazón.

En un ambiente tan rico culturalmente, es normal, que Elio, hasta en sus momentos más pasionales encuentre alguna colación a personajes y citas literarias, filosóficas, pinturas,  pintores, músicos…etc



Me fascina ese ambiente que se respira en esa casona italiana, en los desayunos en la terraza, en los baños en la piscina, en la pista de tenis…una casa y un entorno ya de por sí, mágico.


Es duro, además de frustrante, conseguir lo que tanto se ha buscado, perseguido, y anhelado, para sentirse  avergonzado después, aunque sea normal y lógico, más teniendo en cuenta la época. Se castiga y somete mentalmente a las normas de lo moralmente establecido, negando lo que siente, inventando deseos, incluso negándose a sí mismo. Es un método de defensa arcaico ante lo innegable. Se autocensura cruelmente, e intenta olvidar unos sentimientos que le superan el raciocinio, y aunque piensa en él, cree que ya no de la misma forma, condenando sus hermosos sentimientos al oprobio de la difamación arguyendo un  encaprichamiento pueril de adolescente propio de la edad y de la volatidad de este turbulento ciclo.

Esto hace que me sienta mal hasta yo, ainsss que patiment (que padecimiento).

Pero, acto seguido…me conmueve ver cómo los pensamientos más autodestructivos mueren ante la visión de su más fuerte y persistente dolor de cabeza.

Elio, pierde los papeles, los puntos cardinales, y todo atisbo de sensatez, por el deseo más crudo, honesto y apasionado, en cuanto tiene a Oliver frente a él haciéndole partícipe de su misma enfermedad.



He amado este libro, aunque al principio la narración me pareciera algo caótica, nada que no se arreglara en pocas páginas al comprender que es un adolescente de 17 años quien te lo cuenta todo, con los consabidos dolores de cabeza que conlleva la edad, los saltos de un tema a otro, sobre todo al principio, sin orden ni concierto; y los sentimientos a flor de piel tanto para bien como para mal. Pero me ha encantado poder volver a sentir junto a Elio, todo lo que te hace sentir el primer amor, ese que, ya con el paso de los años, se ha quedado entre la bruma de la memoria.

Por último recomendaros ver la película después de leer el libro, yo dejé pasar apenas unas horas. Es maravillosa, fiel al libro, con ese encanto nostálgico que, para mí, solo logran las producciones francesas e italianas, además que han tenido el gran acierto de prescindir de lo que más me sobró en la última parte del libro, y no es que no me gustara, sino que se me hicieron algo largas estas páginas.

 Aquí os dejo el tráiler, para que os pique la curiosidad como me pasó a mí.



Nos vemos en la próxima entrada, a ver si el jardín siente ya el invierno, que por ahora no hay forma.


viernes, 6 de noviembre de 2020

EL SECRETO DE LAS FLORES / VALÉRIE PERRIN.


 Sinopsis:

El secreto de las flores es un maravilloso himno a las cosas más simples y sus páginas reúnen una historia de amor imposible, la tragedia más dura y la capacidad infinita de rendención del amor.

Violette Toussaint es la encargada del cementerio de un pequeño pueblo de la Borgoña y su café, su sonrisa y su conversación reconfortan a todos los que acompañan a sus seres queridos en su último viaje. La vida de Violette gira alrededor de las visitas de los recién llegados o los habituales del pueblo, de la rutina de los entierros y de ocuparse de cambiar el agua de las flores para que siempre haya un ramo fresco y alegre junto a los muertos.

Sin embargo, un día, la decisión de unos desconocidos de descansar juntos para siempre en un trozo de tierra hará que toda su vida se tambalee. Los hilos ocultos que unen a los muertos y a los vivos quedarán al descubierto y esas almas que parecían condenadas, se revelarán capaces de proyectar una luz luminosa.

«Me llamo Violette Toussaint. He sido guardabarreras y ahora soy guarda de cementerio.

Degusto la vida, la bebo a sorbitos como el té de jazmín mezclado con miel. Y cuando llega la noche, las verjas de mi cementerio se cierran y cuelgo la llave en la puerta de mi cuarto de baño, me siento en el paraíso.»

La opinión de Mari Mari:

Ya hace varios días que terminé este libro.

He tenido que dejarlo reposar en mi cuerpo.

No creo que llegue a hacer una reseña que le llegue ni a la suela de los zapatos.

Y eso que cuando llevaba unas ciento y algo páginas pensaba en que más podría pasar, porque para mí ya había pasado mucho, y la historia no había ni acabado de arrancar aún.

Si queréis que os diga la verdad, me llamó la atención la profesión de la protagonista en un post que leí muy entusiasta del libro.

Además, al ser una escritora francesa, imaginé que el libro se ubicaría en uno de sus cementerios, y eso a mí ya me pirró, porque me encantan los cementerios franceses.

Son simplemente maravillosos.

Nuestra protagonista, Violette, es la guardesa de un cementerio francés, no sabemos aún como llegó hasta este puesto, pero sí que llego acompañada por su marido, Filippe Tousaint, y que poco tiempo después fue abandonada en este triste lugar por el susodicho.  ¿Qué por qué la abandono?

Esa es mucha información, y yo no me meto en esos berenjenales, sí que diré que las cosas a veces no resultan como te vienen pareciendo.

Hasta ahí puedo leer, como diría Maira Gomez Kemp, en el mítico programa 1,2,3.

¿He dicho que es triste el cementerio de Violette?




Mmmm yo casi diría que no es así, o por lo menos que la tristeza no lo impregna todo, ni todo el tiempo, aun siendo el lugar que es.

Es un lugar apacible, eso sí, pero triste, triste…solo en las ocasiones que merecen serlo y para lo que solemos ir a estos lugares.

El resto del tiempo, sus habitantes habituales vivos, conversan, cantan, ríen, trabajan, toman cafés, tés, cuidan con cariño y mimo las lapidas abandonadas, la huerta de la casa de la guardesa, reconfortan a los familiares de los que ya no campan por el mundo de los vivos, y todo esto con un cariño y una dedicación inconmensurable.

Se respira amistad, y complicidad a raudales.

Violette, es maravillosa. Tierna, educada, sencilla, digna y entusiasta oyente, cuidadosa escritora de los sermones y epitafios que oye de los familiares de los eternos ocupantes de sus dominios, sobria por fuera, llena de color debajo, seria en su trabajo, tierna y encantadora fuera de él.

Ella es la escritora de este maravilloso libro, Valérie Perrin, 
en cuanto la vi la reconocí, era tal cual me había imaginado a Violette, esa belleza serena, y esa mirada limpia, llena de ternura y sencillez. O sea, mi protagonista.



Violette, escucha las más inverosímiles historias de amor, odio, desavenencias, rencores, amistades, infidelidades, secretos, y un largo etc de las vidas  vividas por quienes acaban en ese santo lugar. Consuela con su mera presencia, con esa aura que la rodea, que llena de paz y tranquilidad, y da total confianza para soltar la lengua.

Violette, ama ese cementerio.

Pero… ¿Quién es Violette? ¿Cuál es su historia? ¿Por qué ese arraigo por este santo lugar de descanso eterno? ¿Puede un cementerio arrullar la tristeza más amarga y ser testigo de la luz de la esperanza de una nueva oportunidad? ¿Puede llamar el amor a esa puerta tan poco acostumbrada a dar nuevas oportunidades?

¿Queréis saber las respuestas a todas esas preguntas, y alguna más?

Encandilada perdida me ha tenido, que ternura de libro, aun con lo dura que se hace en muchos momentos su lectura, haciendo que te emociones, y tengas que pausar la lectura porque las lágrimas no te dejan ver las letras.

Llorando lo que se dice “a moco tendido” si, así me ha tenido ¡madre mía, con lo que soy yo! Si ni yo me lo creo, pero es la verdad, me ha llegado al corazón esta historia, pero sobre todo esta mujer que se rompe y se recompone las veces que haga falta, aunque se deje algún trocito de sí misma en el camino. Y sin embargo, no pierde su esencia, sigue siendo Violette.


Esta es la portada de la edición francesa, cuando leáis el libro seguro que veréis
porque es la portada ideal para la historia, y para ella, Violette.
Tampoco voy a tirar por tierra la portada española, es muy bonita,
pero la esencia verdadera esta aquí. Ya me daréis la razón, ya.
 


Y es que está tan bien escrito, con una narración tan sencilla como su protagonista, tan cinematográfica como una película, con las descripciones justas y bien planteadas para no hacerse pesadas y que, sin embargo,  puedas percibir exactamente lo que la escritora quiere que visualices a la perfección.

Con una trama muy bien elaborada, abordada sin prisas, narrada de forma intimista como para incluir al lector en ella y sentirse parte del círculo de la protagonista(yo me veía tomando parte de la conversación con el té en la mano y cantando con Elvis “Love me tender”). Aun siendo una lectura pausada, es ligera, tal vez parezca una contradicción, pero no lo es, siempre ocurre algo, por eso no se hace tediosa aun teniendo  sus tiempos.

Una lectura encantadora, emotiva, conmovedora, dura, aunque maravillosa al mismo tiempo, una obra más para mí que hace de la literatura francesa un destino seguro para quien quiera ser absorbido en un mar de emociones y sensaciones que no podrá dejar indiferente a nadie, y sí, con los ojos hechos un desastre por las lágrimas y el rímel, que mala combinación…¿a qué si?.

Una gran joya para guardar en nuestras estanterías…espero que no lo dejéis pasar, no creo que os arrepintáis. Yo quiero el otro libro de la escritora, que quedó finalista en un premio y tiene que estar muy bien también.