Sinopsis:
Una novela luminosa sobre el peso de la memoria, los secretos familiares
y la fuerza de los afectos
«Una narradora prodigiosa.» Elle
COLETTE ERA UNA MUJER SIN HISTORIA, PERO NO EXISTEN PERSONAS
SIN HISTORIA…
Agnès no da crédito cuando la policía le pide que identifique
el cuerpo de su tía Colette, que acaba de fallecer. No es posible, lleva muerta
tres años; sus restos reposan en el cementerio de Gueugnon. Sin embargo, ahí
está: es ella. Entonces, ¿quién yace en su tumba, tras la lápida con su nombre?
¿Y por qué Colette hizo creer a todos durante tres años que estaba muerta?
Gracias a viejos amigos, testimonios inesperados y una misteriosa maleta llena
de casetes, Agnès comienza a desenredar secretos y a reconstruir la historia de
una familia, la suya. Siempre había visto a su tía Colette como una mujer que
pasó por la vida sin dejar huella, pero ahora entiende lo que nunca se debe
olvidar: todos tenemos una historia, todos tenemos algo que contar.
¿Pueden las palabras, escritas o habladas, cambiar nuestro presente y, más aún,
regalarnos otro pasado? Con una delicadeza conmovedora y una voz única, Valérie
Perrin, la gran narradora de nuestras vidas, une el destino y las existencias
de varias mujeres y firma una novela magistral que ilumina lo más profundo y
humano que nos habita.
La
opinión de Mari Mari.
Enamorada
de como escribe esta formidable escritora desde que la conocí en su anterior
novela “El secreto de las flores” una historia que me sorprendió y me tocó el
corazón. Con “Tatá” lo ha vuelto a hacer, me ha sorprendido de nuevo y
enamorado por su sencillez, a la vez que por su complejidad.
También
por su forma de narrar, por ese entorno en un pueblo de Francia que yo busqué
para recrear mejor las escenas que describe de forma que hace que las sientas
en carne propia, sintiendo la angustia, el dolor, la esperanza, las mariposas
en el estómago del amor, el sufrimiento del desamor, el miedo…y todo por lo que
van pasando sus protagonistas.
Es
una historia narrada en dos épocas distintas, una historia familiar contada por
medio de los añorados casettes, y que van saliendo a la luz después de la segunda muerte de una muerta
que quería dejar constancia de la historia familiar; llena de dramas, traumas, superación,
esperanza, lucha, futbol, amor y muchos secretos; a las descendientes que le
quedan.
Abordada de forma nostálgica y encantadora,
donde el amor filial de una hermana por
su hermano pequeño es el eje desde donde se entreteje toda la trama.
También
tiene su lado oscuro, un toque de tensión y de intriga adherida mediante un
personaje siniestro, macabro, cruel y muy importante para mantenernos en vilo
hasta el final.
Me
ha encantado, me ha tenido completamente abducida y entregada a su lectura, me
daba rabia ver como la señal del marcador
del libro se iba acercando hacia el final. Porque son de esas lecturas
que te dejan huella en el corazón y en la memoria, de esas que sabes que sin
duda volverás a leer y disfrutarás como si fuese la primera vez y no supieras
cual es el final.
Muy,
muy recomendable leer a esa genial escritora gala.
Esperando
su próximo libro y desesperándome por lo que intuyo puede quedar para volver a
disfrutar de otra de sus historias, por lo que pido a las editoriales que
traduzcan los otros dos títulos de la autora.

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