Sinopsis:
Un asesino en serie y una auténtica investigación forense en la que el protagonista arriesga más que su vida.
Esta novela, que se puede leer de forma independiente, es la tercera entrega de las peripecias de Pedro de Alemán y Camacho, abogado de pobres de la ciudad de Jerez a mediados del siglo XVIII y protagonista deEl abogado de pobres(Premio Novela de Abogados 2014) yLlamé al cielo y no me oyó.
Al comienzo de esta historia, Pedro se ve obligado a aceptar la defensa de un rico artesano de Jerez, que ha sido acusado de violación por su bella y joven sirvienta. Paralelamente, empiezan a producirse en la ciudad unos crímenes terribles: varias muchachas, relacionadas con las casas más nobles de Jerez, son asesinadas de una manera especialmente violenta y en cada escena del crimen se encuentra una moneda romana.
La opinión de Mari Mari:
En cuanto
salió este nuevo libro de la serie de El abogado de pobres supe sin lugar a
dudas que no tardaría mucho en leerlo, como así fue, pero esta vez de la mano
con una amiga y también ferviente admiradora de este escritor, gracias a ella fue
que lo descubrí, nunca podré agradecerle bastante que insistiera en que debía
leer el libro que ella estaba en aquel momento disfrutando, me convenció ¡cómo
no! de más está decir que se ha convertido en mi favorito de favoritos.
La verdad es
que no tuve un buen comienzo, no era por culpa del libro, sino de mi salud,
tengo un pequeño problema que genera que me entre mucho sueño, por lo que
algunos días apenas leía un capitulo, hasta que un día me hinche a cafés y tés
y le di un buen apretón, y pasaron tantas cosas que a partir de ahí ya no pude
parar de leer, y cuando me sentaba y me entraba la modorra paraba un poco, dormía,
y cuando me despertaba seguía.
Estamos ante
el tercer volumen de una serie donde se nos narran las aventuras y desventuras
de un letrado de mediados del siglo XVII, abogado de pobres, para ser más
exacto.
En esta
ocasión la trama girara alrededor de una serie de asesinatos, todo parece indicar que están cometidos por la
misma mano ejecutora, ya que hay algo que se repite en todos los crímenes y por
lo tanto el laborioso trabajo de nuestro querido letrado será encajar todas las piezas del rompecabezas, para
así poder exhibir su tesis y que no ajusticien injustamente a otro de sus
defendidos, tarea que no le será nada fácil, porque no las tiene todas en su
poder ni le dejan realizar bien sus pesquisas pues le ponen un sinfín de
trabas, incluida la incredulidad de sus teorías por parte de colegas y juez, deberá pues poner a trabajar a todo su
ingenio, pedir colaboración a muchos eruditos en distintas materias, y como ya nos
tiene acostumbrados, sacar a sus demonios a pasear. “Por
más que en su alma siempre se escondieran tinieblas y sinrazones, a las que tan
dado era”
¿Qué puedo
decir de este escritor que no haya dicho ya? Pues que es un genio, un genio de
una lámpara maravillosa llamada escritura. Narrativamente sublime, hace que te
sumerjas e incorpores a la vida en el complejo Jerez de mediados del siglo XVII,
impresionante la forma de ir encadenando sucesos de forma tal que aunque el
protagonista no esté en sus mejores horas porque una obsesión lo atormenta sin
tregua, y estas en tensión por ese tema ya que no quieres que caiga donde sus
demonios lo quieren llevar, lo que más te obsesiona es saber hacia dónde puede
llevar la investigación, estas pendiente de ella haciendo toda clase de
conjeturas como en un afán por ayudar a nuestro admirado letrado porque en todo
momento percibes su agobio y lo mal que lo pasa y quieres darle un empujón
hacia una pista fiable y veraz, estás tan metida en la trama que te crees que
te va a oír y que vas a poder ayudarle, sus sospechas las calibras, también sus
aseveraciones, te mantiene (y lo sabe hacer como nadie, o como pocos, que no
tenemos por qué quitarle méritos a nadie) en una tensión palpable durante todo
el proceso de investigación que en ningún momento se desinfla ni decae, es más,
hasta las últimas páginas no vas a estar segura a ciencia cierta, (si es que
has sospechado del culpable) quien es el
asesino, ni de los motivos, porque aunque el abogado lo haya descubierto al
lector no le da el dato de quien es, ni pista clara, así es que no es de
extrañar lo que escribí yo en esos momentos de incertidumbre.
Yo: “Tengo
ahora a Pedro Cosano delante y le hago que suelte la lengua so pena de mil y
una torturas. El protagonista ya ha averiguado quien es, está haciendo ya las
últimas averiguaciones con gente allegada al asesino y ni un mal nombre deja a
relucir el desalmado de mi escritor favorito”.
Emocionante
La prosa es
exquisita, destila pasión en cada una de sus palabras, de sus frases, no se
intuye, no, se palpa la grandísima vocación de este abogado por su profesión,
una vocación que trasmite a su protagonista que la esgrime con verdadera
dignidad, orgullo y generosidad.
El
lenguaje…espectacular, espectacular precisamente porque es el propio de la
época que es lo único que nos faltaba por mencionar para sentir la integración
total, aunque al principio de la serie te choque un poco, enseguida te
acostumbras y acabas sin darte cuenta a decir algunas de sus expresiones,
¡Pardiez y voto a bríos! No resulta pesado, y sabrás del porqué de algunas
expresiones y dichos populares.
Te deja
anonadada con algunas descripciones un tanto…como decirlo mmmmmm peculiares,
dejémoslo así.
“La
noche era cerrada como vulva de monja” Menuda ocurrencia, lo que me reí, pero si, te haces la idea más
verosímil posible de esta escenificación.
Son cortas
para no aburrir con ellas, y concisas, ya que no te deja lugar a la duda, ya
sea en descripciones de edificios o de personas.
“Su gesto era el de siempre: desabrido y hosco como el de un
pez espada peleando con sedal y anzuelo”
Te introduce
de manera didáctica en el mundo de las leyes haciéndonos partícipes de los
cargos y sus quehaceres, así
entenderemos de donde viene alguno y porque lo oficiaba.
También la
forma en la que funcionaba la justicia, no muy diferente en sus preferencias
sociales con las actuales, “Ese mundo en que la
justicia se vestía de organzas para juzgar a uno y de harapos para enjuiciar a
otra” con la tortura tenían el dominio para hacer que un inocente se
auto inculpara de un delito que no había cometido, y de pruebas ni hablemos
porque muchas veces ni existían.
Los juicios debían
ser pura pantomima en aquellos tiempos, aunque con nuestro querido letrado han
dado con un hueso duro de roer y nos deleitara con unos juicios envolventes y
absorbentes con todo un elenco de variopintos personajes y situaciones donde
alguna que otra carcajada se te escapa en el transcurso de las tensas sesiones.
“¿Qué
le pidió?
Que
reconociese a una moza
Bien, pero díganos ¿reconoció usted a la moza
Evangelina Gonzalez?
Ya
no era moza, usía, cuando yo la vi.
Ya. Cuéntenos usted como la vio, por favor,
Rosario.
Acostada”
En aquellos
años un abogado debía de llenarse de frustraciones de ver conforme andaba la justicia
y con quienes se tenían que medir para intentar darla, personas con un escaso
nivel de imparcialidad para los procesados, nuestro abogado las padece y hace
que sientas la misma impotencia que siente el en muchos momentos.
En
definitiva y para ir terminando, si os gustan los libros llenos de tensión, de
tramas bien estructuradas, con una narración impecable y sublime que te
trasporte con la máquina del tiempo al Jerez del siglo XVII, que haga que te
sientas parte de la investigación, que te mantenga con el corazón en el puño y
con la intriga hasta la última página, no cabe duda de que tienes que leer este
libro, pero no sin antes leer la serie entera, y no, no se os hará pesado en
absoluto ya que aunque tiene todo y más de lo que he expuesto anteriormente,
también tiene su toque de humor que hará que también te diviertas y te haga
reír.
En
fin, una lectura de 10.
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