Jordi Sierra I Fabra
El beso azul
Narrativa
2016
Rogelio, al que todos creían muerto en 1936, regresa en junio de 1977 al pueblo donde nació y fue fusilado junto a su padre y su hermano. Son los días de las primeras elecciones democráticas. Cuando la noticia se conoce, los sentimientos de los supervivientes se cruzan y reaparecen tras más de 40 años. Todos dan por hecho que vuelve para vengarse, pero el regreso lo hace con su esposa, veinte años más joven que él, y su hija de 19 años.
Rogelio no sabe quién le delató entonces, por qué está vivo, por qué las balas de los que le fusilaron no le alcanzaron. Tras caer a la fosa logró zafarse de ella en la oscuridad antes de que les cubrieran con tierra. Su hermana sabe que está vivo desde hace 20 años, pero lo ha silenciado por miedo. Ahora que Franco ha muerto es la hora del reencuentro.
¿Qué busca Rogelio? ¿Solo visitar la fosa donde están su padre y su hermano junto a otros vecinos y reencontrarse con sus orígenes? ¿Cómo reaccionará su primera novia, el amor de su vida, o su mejor amigo, que se cambió de bando para sobrevivir y ahora es su marido? ¿Y el topo que ha vivido 38 años encerrado esperando a que el dictador muriera? ¿Qué hará el hijo del alcalde que lideró la revuelta en julio del 36 y que ahora gobierna la villa? ¿Y el sargento de la guardia civil?
¿Se desatará una espiral de violencia en los días en que los españoles sellan, por fin, la paz con su voto en las urnas?
Sierra i Fabra ha demostrado un dominio cada vez más excelente de la profesión con el uso de registros literarios bien diversos y con propuestas cada vez más singulares y efectivas. (…) En los últimos años y en sus últimas obras ha ido dinamitando los encorsetamientos y encasillamientos que se le habían aplicado, y ha terminado siendo reconocido también por la crítica, como antes ya lo fue por su público.
Mi opinión:
Cuando termine esta historia me quede con un nudo en
la garganta y una emoción nacida del corazón, un pesar que me subía hacia
arriba hasta querer desbordarse por los ojos que hacía ya algún tiempo que no me pasaba.
Un libro,
puede ser un vagón de sueños al que subir para viajar a historias maravillosas
donde a veces quisieras ser la protagonista para vivir historias apasionantes, otras
resulta ser una máquina del tiempo donde te tele transporta a un tiempo pasado,
lejano, a veces duro, inclusive cruel y horroroso, a veces conmovedor, otras nostálgico,
evocador, sencillo, mágico, envolvente….del que quizás no quieres ser la
protagonista, pero que te envuelve el corazón con toda clase de sentimientos y
sensaciones, y al acabar el libro te ha dicho tantas cosas…más de lo que habrás
podido sentir subida al vagón de sueños del tren de alta velocidad de esa clase
de historias, que aunque lindas no te dejan adentrarte en la vida misma, la
maquina te lleva a la vida, a esa vida que tal vez te contaron tus abuelos,
hayas leído en clásicos, visto en documentales, o en algún libro o película del
genero realismo, estas son las que se quedan en tu cabeza por los siglos de los
siglos, ya que tocan fibras que no hay forma que toquen otras historias.
Esta es
una de ellas, si quereis saber más continuar leyendo, y armaros de paciencia
porque la cosa va pa largo. Jajaja (la falta ortográfica esta, sí)
Está máquina
del tiempo nos traslada a un pueblo, un pueblo que podría ser cualquiera de
nuestra geografía, esta máquina se verá en la tesitura de ser capaz de honrar la
vida en un pueblo rural cualquiera en las dos épocas distintas, consiguiéndolo
sin ningún esfuerzo, nos unirán hondos
sentimientos con sus personajes, sentimientos buenos y…no tanto, sentiremos la lastimosa e irremediable sensación de unas
vidas truncadas, rotas en mil pedazos, unas vidas que deberían haber seguido el
camino sencillo y anhelado que el destino les tenía marcado, y que por contra se
convierten en complicados caminos llenos de violencia, muerte, destrucción,
soledad, persecución, exilio…sueños rotos por una mano ajena e implacable, esa
mano cruel que mece la cuna y que cambió los destinos de un país entero con un
fenómeno destructivo e inhumano, una sin razón llamada guerra civil, con todo
lo que esto conlleva, una guerra de hermanos contra hermanos, compatriotas
matándose, torturándose por ideales y creencias, por distintas formas de ver un
país, por creer en la libertad o en la represión, por creer que todos somos
iguales o todo lo contrario….
Una época en
la que la pluralidad cultural era una utopía, un peligro a extinguir de manera automática.
La dignidad
y la libertad, una ilusión que apenas le dio tiempo a echar a andar.
Se alzaron
los “patriotas”, gente acaudalada que no quería perder su estatus, con un miedo
visceral a perder su autoridad con los obreros que trabajaban para ellos, miedo
a las libertades y derechos de un pueblo
que se ahogaba en su propia precariedad, y aun así tuvo que volver a aprender a
agachar la cabeza ante los “patriotas” que los humillaban y explotaban
para vivir a lo grande en un status mal
entendido.
Ellos tenían
la última palabra de como tenía que ser y ser llevado “su país” y bajo esas
palabras actuaron impunemente en beneficio propio, reprimiendo con horror y
sangre al pueblo, quitando los derechos y libertades que se habían estado logrando
con tanto esfuerzo.
Aunque el
libro transcurre en un tiempo relativamente corto, tiempo que tendremos en
cuenta en cada capítulo en el que se nos reflejará la fecha exacta, es de un
ritmo pausado, donde cada sentimiento, cada misterio, cada resolución lleva su
tiempo, sin prisas pero sin pausas iremos descubriendo que es lo que lleva a su
protagonista a volver al pueblo del que sus sueños se empeña en no dejarlo
salir, represalias, respuestas, reencuentros, familia, perdón, odio…
Es un libro
intimista, de superación personal en muchos sentidos no solo en lo económico,
que también lo hay…pero ¿Qué haríamos con el alto nivel económico con un
corazón vacío y seco que no ha logrado sobreponerse a todo lo que le ha estado
deparando la vida? La acción purificadora del amor y la familia harán de
bálsamo para los males del corazón y las cicatrices del alma, pero hay un
órgano que necesita respuestas, que razona y necesita ser calmado, porque en el
existen preguntas sin respuestas, lugares en sombras, personas que se aprecian
convertidas en monstruos, seres queridos que gritan descanso en una mente inquieta
que aún no sabe por qué sigue en este mundo.
Me puedo
imaginar la conmoción de un pueblo rural en aquellos meses posteriores a la
muerte del dictador, al saber que uno de sus ciudadanos al que creían fusilado
40 años atrás está vivito y coleando y vuelve al pueblo, un pueblo donde todos
se conocían, donde estaban los amigos, las novias, la familia, y que todo se volvió
un infierno con el levantamiento de los fascistas ¿Qué quiere? ¿Para qué
vuelve? ¿Venganza? ¿Nostalgia? “Levantar ampollas” seguro que pensarían los que
más.
A unos se les
parara el corazón de puro pánico y miedo, a alguien de inmensa alegría, a otra
por la añoranza de un antiguo amor no olvidado pero relegado a un rincón
intocable del corazón.
Mi opinión
de este libro es el siguiente…a ver como decirlo… es un libro que no os podéis perder, es un
pecado dejarlo pasar, una equivocación no zambullirse en sus páginas, un regalo de narración detallada, exquisita e impecable,
de pensamientos profundos, veraces y determinantes en muchos casos, de una
realidad cruda y abrumadora, con unas historias que pueden haber pasado en
cualquier punto de la geografía del país (y que de hecho pasaron y se han visto
reflejadas en otros libros y películas, véase “Los girasoles ciegos”) situaciones
y hechos descritos de manera tan sublime que te hace meterte en la piel de sus
protagonistas sintiendo todos sus pesares, pero también las alegrías, la melancolía,
el odio, el perdón… y el miedo que aún no ha logrado abandonar el cuerpo de
muchos en esos días que tan magistralmente nos son narrados.
Es una gran
historia coral llena de tantas historias demoledoras y a la vez maravillosas unidas
entre sí, con tantas culpas, tantos remordimientos, odios y anhelos olvidados
por el paso de los años o simplemente por la propia autodefensa de la mente
para no sufrir por lo que ya no tiene remedio, que de verdad es…para quitarse
el sombrero.
Demuestra su
escritor una gran sensibilidad y conocimiento por lo pasado, las páginas están
llenas de frases de concienciación, sientes en tus carnes ese miedo atroz que
se produjo durante ese periodo opresor y del que pocos se atrevían a salir aún después
de enterrar al dictador.
“Vivir
sin miedo, Virtudes. Vivir sin miedo después de tantos años, una vez muerta la
maldita bestia, aunque lo hiciera en su cama el gran hijo de puta…”
La comunicación,
algo tan ligado a nuestra cultura mediterránea
y que sin embargo hay temas tabú como esta guerra maldita de la que
nadie quiere hablar.
“A
veces es mejor callar”
Y de la que
los jóvenes quieren saber.
“No,
callar nunca es mejor. La ignorancia nunca es mejor. Luego pasa lo que pasa”
Sabias
palabras, aunque no todos hayan querido dejar esa ignorancia.
De otro de
sus personajes del que conoceremos también su historia y sabremos del porque “En la plaza se sentaba siempre de espaldas a la alcaldía y
la iglesia. No quería ver ni lo uno ni lo otro”
Argumentos y
reflexiones
“Perdimos
la guerra, nos pisotearon, tenemos tumbas perdidas en los montes pero no
olvidadas, trataron de anularnos, quitarnos la identidad, nos humillaron, a los
que nos fuimos por ser de izquierdas y a los que os quedasteis por haber
sobrevivido. Y ahora volvemos con la cabeza alta. No es que hayamos ganado,
pero…”
“Este
país nunca olvida. Nadie lo hace. Siempre hemos mirado más al pasado con
resentimiento que al futuro con esperanza, y así nos va”
Ha habido
momentos que me he atragantado de indignación y de horror, esto es lo que pensé
mientras leía uno de ellos. “Ayyyy que horrorizada me siento, no poder exhumar
los cadáveres de los tuyos, saber que están ahí, bajo la tierra que pisas y que
sacarlos de allí conlleva una burocracia cargada de obstáculos y que pasados ya
los años hayan seguido los gobiernos de distintas ideologías negando a las
familias enterrar dignamente a sus seres queridos, a sus familiares, a su
sangre”
Aquí no ha
habido reconciliación nacional ninguna desgraciadamente.
Quisiera
destacar algunas citas o reflexiones.
“Cada
vez que en España se ha querido tocar a la santa madre iglesia ha estallado una
guerra. Esos cabrones, desde sus pulpitos, son peor que los generales”
“Por
lo menos la izquierda era la de siempre. Se peleaban entre sí, lo cuestionaban
todo, se perdían en largos e inútiles debates, se disgregaban en grupos
fraccionados”
Es una
novela dedicada al perdón y a la reconciliación
y es que nuestro protagonista va a dar una lección de esas dos palabras
de las que muchos ni tan siquiera han oído hablar.
Aunque
también va a paladear el sabor de lo perdido, de lo que tenía que haber sido y
no pudo ser, y volverá a reencontrarse con la que debió ser y no pudo.
“Se
quedaron mirando, absortos, perdidos el uno en los ojos del otro, sabiendo que
la aceleración de sus corazones los llevaba al vértigo mientras que su
inmovilidad los convertía en falsas estatuas de sal. Seguía siendo hermosa, un
ángel. La edad no la había estropeado, al contrario, le daba dignidad,
firmeza…”
Emocionada a
más no poder con un nudo en la garganta que más que bajar subía, llorando como
una magdalena, así me dejó esta parte.
Pero también
tiene otros personajes que nos dan momentos con los que sonreír.
“¿Qué
miras?”
“Nada”
“Pues
pareces encandilado, hijo”
“Sudas”
“Ya”
“Me
gusta cuando sudas”
“A
ti te gusta cada cosa…
Por ir
acabando, aunque seguiría y seguiría y seguro me dejaría un montón de cosas
igualmente por ser una genialidad de libro de principio a fin, y porque tengo
que acabar esta reseña que seguro no se lee nadie entera pero que me da lo
mismo, porque es mía, y la hago como disfrute personal, porque libros así se
leen pocos, acabo señalando que como bien dice el dicho “La venganza es un
plato que se sirve (o se debe servir) frio” y una vez comido el plato y
degustado se vislumbra el futuro limpio.
“¿De
qué color podía ser el futuro?
Blanco,
el futuro siempre era blanco.
Lo
pintaba cada cual”
Maravilloso,
conmovedor, cargado de nostalgia.
Como bien
cita la portada.
“Un canto a
la reconciliación, sin rencor ni odio, pero con memoria histórica”
Para leer y
releer.
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